La sombra del misterio

lunes, mayo 15, 2006


Respuesta a Pedro J. Fernández.

Estimado Pedro J. Fernández
Como ex miembro de la desaparecida Asociación Valenciana de Investigaciones Parapsicológicas y Ovnilógicas -AVIPO-, contesto por este medio a su execrable artículo publicado en La llave del conocimiento. Y contesto porque me siento personalmente ofendida al ser acusada públicamente de fraude, sin motivos NI PRUEBAS. Estoy segura de que no sabe quién soy, ya que nunca he escrito ningún artículo ni he aparecido en prensa u otros medios porque YO NO VIVO DE ESO, no como Ud. que ha insistido en decir (y lo ha logrado) a sus allegados “yo tengo que vivir de esto”.
No voy a entrar al trapo en la discusión sobre las caras de Bélmez, que para eso están los juzgados y el tiempo y los jueces pondrán a cada uno en su sitio, pero sobre esto quisiera dejar constancia que para mi, las caras de Bélmez son tan falsas como las “psicofonías tinajeras” prefabricadas por la SEIP y no me lo invento, ha sido dicho por miembros de su grupo, para “dar mucho miedo” y continuar en la palestra, engañando a los inocentes y vendiendo patrañas a los que todavía creen en Uds. Como supongo que querrá Ud. una opinión de más peso en relación con el fenómeno de las caras, le invito a hablar con la prestigiosa “Society for Psychical Research”, http://www.spr.ac.uk/, fundada en Londres en 1882, de la cual soy miembro desde hace años. Pregunte Ud. Sr. Fernández a su presidente, el profesor Bernard Carr o a su esposa (entre otros) lo que piensan del fraude de las “Caras de Bélmez”. Paso ahora, con permiso de Ud. Sr. Fernández, a desmentir la sarta de incongruencias no contrastadas (así de inepto es Ud. que ni siquiera se ha molestado en informarse para desacreditar algo en condiciones) que ha escrito en su artículo, y cito textualmente: “Fundó (Máñez) AVIPO en 1988 con la que pretendió revolucionar el mundo de las paraciencias”. Error: Máñez no fundó AVIPO, sino que lo hizo un apreciado compañero, Vicente Moros, con otros tres amigos y tampoco pretendió revolucionar el mundo de las paraciencias ya que en sus comienzos, AVIPO era una de las tantas asociaciones que pululaban en este país, Máñez no tenía ningún poder en ella, el grupo era muy amplio y la diversidad de opiniones era siempre bien acogida. Empezamos como todo el mundo, grabando psicofonías, haciendo sesiones de espiritismo y cientos (digo bien, Sr. Fernández, cientos) de Alertas OVNI.



Hablando del libro de Máñez, “Cuando la Razón Duerme”, dice Ud. “Él mismo me contaba que era un libro incomprendido, que no estaba hecho para la mente ignorante de hoy, sino para la del futuro, que había descubierto el origen de todos los fenómenos paranormales y que era el manual que todo investigador debía tener en sus manos”. Miente Ud. Sr. Fernández, Francisco Máñez nunca pronunció esas palabras primero porque no es su estilo, segundo porque YO ESTABA PRESENTE y puedo corroborarlo, se lo acaba de inventar Ud. ¿para qué? ¿para darse importancia de haber hablado con él? ¿O para poder desprestigiar por el simple hecho de hacerlo, diciendo lo primero que se le viene a la mente aunque sea una burda mentira?.
“En dicho libro se presenta su famosa Teoría del Colapso –una explicación a los fenómenos paranormales que es tan abstracta, que me gustaría resumirles, pero lamentablemente no es un libro que pueda entenderse en una sola lectura”. Ni en una, ni en cincuenta Sr. Fernández, no podrá Ud. resumirlo nunca porque NO HA ENTENDIDO NI UNA SOLA PALABRA; para entenderlo hay que, al menos Sr. Fernández, leerlo y me temo que no sabe Ud. ni eso.
...“llegó a la conclusión de que las psicofonías eran voces almacenadas en nuestra memoria y que quedaban registradas en un magnetófono o que las psicoimágenes eran el resultado de concentrar una imagen en nuestra mente y proyectarla en una pantalla de televisión”. ¿Ve Ud. Sr. Fernández como no ha entendido ni una palabra? Máñez jamás ha dicho eso en ninguna parte porque la Teoría del Colapso no es eso. Aplíquese Sr. Fernández y lea un poquito, al menos los detractores – Lola Cárdenas o Javier Cavanilles- “malos malosos”, cuando destripan alguno de los libros de su compañero del alma, Sr. Amorós, se toman la molestia de leer sus obras. Y se despachan a gusto, sí señor, pero con “conocimiento de causa”, no como Uds.
Como anécdota me gustaría reseñar que en una de las charlas de la inexistente SEIP, pregunté al Sr. Amorós su opinión sobre las declaraciones del Dr. Ramos Perera. Su respuesta fue: ¿-y ese quién es?. No estaba yo sola, Sr. Fernández, sino un nutrido grupo de personas que pueden corroborarlo. Pero claro, Cervantes, para escribir “El Quijote”, primero aprendió a leer y a escribir; es mucho más fácil continuar en la ignorancia (que es muy atrevida) que molestarse en intentar digerir un poco de historia de la Parapsicología de este país.
“Los experimentos y procedimientos de Máñez de cara al resto de los miembros de AVIPO, pudo ser lo que originó la desaparición de la asociación, la disolución de sus integrantes que no estaban dispuestos a falsificar las pruebas de los experimentos que realizaban”.Pues mire Ud., Sr. Fernández, va a ser que no. La disolución se produjo porque AVIPO era mantenida con el esfuerzo de sus miembros, costándonos dinero del bolsillo ya que nunca recibimos subvenciones, ni vendimos cursillos/viajes/aparatología etc. como hacen otros……..y no señalo a nadie. Todos y cada uno de nosotros tenía un trabajo y una familia que mantener con su esfuerzo y sueldo ya que nosotros, estimado Sr. Fernández NO VIVÍAMOS DE ESTO.
“Como prueba, adjunta Ud. un email del Sr. Roselló………”. pues mire Ud. Sr. Fernández, yo le aconsejaría informarse de quién es la persona que le escribe, antes de creer a pies juntillas lo que le dice. Y ya que no sabe lo que tiene entre manos, pues le informo yo: Pepe Roselló llegó cuando la asociación ya estaba desmembrada, así que poco o nada podía saber de las actividades de AVIPO hasta que él llegó. Alega en su escrito que “Fijaos si fue tan grande la sorpresa para él, que automáticamente hizo prescindir la investigación”. Pues perdone que le corrija, pero la investigación terminó por culpa del Sr. Roselló, que por aquel entonces tenía problemas familiares muy graves y tuvo que desaparecer de Valencia, así que ya ve Ud. Sr. Fernández, con quién se juega su honra.
Si yo fuera Ud. Sr. Fernández, investigaría aunque fuese un poquito antes de aceptar escritos de alguien que no conoce. Entérese de cuál ha sido la trayectoria de AVIPO, hable con algunos de sus miembros más antiguos, y ya ve, le voy a dar hasta nombres: Esther Hernández, Iñaki Docio, Pilar Niño ………..y tantos otros nombres que a Ud. Sr. Fernández, ni le suenan, ¿por qué? pues porque nosotros, a diferencia de ustedes, NO VIVIMOS DE ESTO.
“El escritor fue recibido como uno más entre nuestros investigadores y aquel día tuve que aguantar varias horas de conversación en las que sólo hablaba él, ya que lamentablemente, un enfriamiento me había dejado afónico por completo”. Falso: Francisco Máñez pasó toda la comida sentado en una mesa junto a David Garcés, Paco Calahorro, Javier Clemente, Pilar Verdú y una servidora (entre otros). Poco habló con Ud., tal vez unos minutos y en todo momento en nuestra presencia. Doy fe de que, de nuevo, lo que dice, es una burda mentira, nunca habló de aplicar su teoría a las Caras de Bélmez. Me temo Sr. Fernández, que su afonía le había afectado también a los oídos, distorsionándole el contenido de lo escuchado. A las pruebas me remito Sr. Fernández; Francisco Máñez sostiene desde un principio que las caras de Bélmez fueron pintadas por la mano del hombre.
No me extiendo más Sr. Fernández porque no merece la pena. Por su falta de información y su forma de escribir puede verse que carece Ud. de la más mínima educación, tanto social como académica. La ignorancia, repito, es atrevida como Ud. Sr. Fernández, pero continúa siendo ignorancia. Y no le insulto, que mi educación no me lo permite, pero sí le diré una cosa: apúntese Ud. a un cursillo elemental de buenas maneras, tal vez con ello le llegue también algo de la sapiencia de la que por completo adolece.
Un saludo
Rocío Menéndez
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http://www.adimensional.info/archivo.php?articulo=66